Thursday, November 21, 2013

TEATRO Y GUION

Capítulo IX
El gran acto





Teatro, el Guión.
El teatro forma parte del grupo de las artes escénicas. Su desarrollo está vinculado con actores que representan una historia ante una audiencia. Combina diversos elementos, como la gestualidad, el discurso, la música, los sonidos y la escenografía. [1]
Por otra parte, el concepto de teatro se utiliza para nombrar al género de la literatura que abarca aquellos textos pensados para su representación en escena, y también al edificio donde se representan las piezas teatrales.
La práctica teatral está formada por un todo que no puede dividirse. Es posible, sin embargo, distinguir tres elementos básicos como el texto todo lo que dicen los actores, la dirección las órdenes que dicta el responsable de la puesta en escena y la actuación  que es el proceso que lleva a un actor a asumir la representación de un personaje. Se suman otros elementos  importantes, como el vestuario, el decorado o el maquillaje.
Entre los autores que más han aportado al teatro se encuentra William Shakespeare, Lope de Vega, Jean Racine y Molière entre otros. [2]







                                                                                 





Ejemplo de teatro y guion

El Hada de los seis años
Por Ignacio Pérez Jiménez

Personajes: George Hill, Niña Hada


PRIMERA ESCENA
Aparece en escena la amplia y circular escena de una cocina de los años cincuenta. En ella aparece un hombre de avanzada edad acompañada de una niña de unos seis años vestida de hada.

George: Bueno, y esta es mi magnifica cocina. Mi difunta esposa y yo pusimos todo nuestro empeño en que quedase lo más bonito posible y creo que lo conseguimos. (Se acerca a los aparatos de cocina ) Te voy a preparar un plato de comida que te va a encantar. Me enseño la receta un viejo amigo mío que ahora vive en Francia.

Hada. ¿Quién es esa mujer de la pared? Es muy guapa.

George: Si, sí que lo era. Mi difunta esposa. En esa pintura tendrá unos veinticuatro o veinticinco años más o menos. No lo recuerdo con exactitud. Aquel día estábamos pasando el verano en un chalet de California. Las playas de ese lugar son maravillosas. Una vez nos quedamos viendo una puesta de sol y fue espectacular. Lo más bonito que he hecho en la vida. Aún conservo fotos de aquel día pero ahora mismo no recuerdo donde.

Hada: Esta cocina es bonita. La de la señora Winslow siempre está llena de platos y desordenada. Pero tiene unos calendarios muy bonitos. Salen fotos de diversos países. Del desierto africano, de los campos holandeses, de las cumbres de Los Alpes.

Mientras George prepara la comida:

George: ¿Y cuantas cocinas conoces más? Debes de ser muy popular en el vecindario para que los vecinos te hagan entrar tan fácilmente.

Hada: Las del señor Winslow que tiene unas cortinas decoradas con flores, por ejemplo. Otras eran muy modernas. Tenían los últimos avances. En realidad no son solo las cocinas las partes más bonitas sino todo el resto de las casas. Todas son muy acogedoras y las tratan tan bien que no tiene ni una sola mota de polvo.

George se acerca con la comida a la mesa donde está sentada la niña.

George: Aquí tienes, unas deliciosas alubias. Bien, ahora que tenemos más confianza me vas a contar donde está tu casa, porque ya se está haciendo tarde y tus padres se estarán empezando a preocupar. Que extraño que no reconozca tu cara. Pero soy tantas niñas en este pueblo.

Hada: Pero yo no soy una niña más. Soy diferente. Ya le he dicho que soy una hada pero por mucho que insisto no logro convencerlo.

George: Venga, pequeña, soy demasiado viejo para ese tipo de cosas. Sé que al a señorita Walter le gusta vestir de hadas de vez en cuando a sus alumnas para las representaciones teatrales. Yo las he visto saliendo de clase y todas estaban graciosísimas.

Hada: ¿Lo ve? No me cree. ¿Cómo puedo convencerle?

George: Si fueras un hada no conocerías las casas de los vecinos.

Hada: Ellos no pueden verme pero yo si puedo a ellos. Soy invisible. Estoy proporcionando ayuda a la gente que lo necesita.

George: No es bueno creer en las fantasías, pequeña. Cuando era niño y tenía tu edad creía que era un piloto que combatía contra otras avionetas en una batalla aérea pero solo era real en mi imaginación. Creer la fantasía mas allá no es bueno.

Hada: Creo que la mejor forma de convencerte es mediante mi magia. Te hare un truco. (Saca una varita y una maceta se desliza sola sobre una superficie)

George queda estupefacto.

George: Dios mío, es real. No me lo puedo creer. Y supongo que puedes hacer aún muchas más cosas milagrosas. ¿Quién te ha dado esos poderes? ¿Acaso te los dio Dios?

Hada: Simplemente nací así. No hay un motivo explicable de porque nacimos con magia. Pero ese detalle no nos importa. Lo que realmente nos importa es prestar una ayuda a los humanos necesitados.

George: ¿Puedo coger tu varita? (George la coge y examina de cerca la varita) Parece hecho de un material muy resistente. Seguro que no está fabricado en este mundo. No lo rompería ni un trueno. ¿Y a que personas le estas prestando ayuda?.

Hada: Pues a la señora Robinson a caminar sin necesidad de utilizar un bastón. Y al señor Edgar para que cuando pierda la vista definitivamente se pueda guiar por sí mismo por su casa.

George: Pues les estas prestando un gran servicio. Esas personas están muy necesitadas. Esto es algo realmente nuevo para mí. Jamás pensé qu
e me podía suceder algo igual.

Hada: Pero no solo procuro ayuda a gente en sus casas. También ayudo a los que se han perdido en un bosque o en un barco en mitad del mar. A veces las misiones que realizamos son tan grandes que incluso se necesita a más de una.

George: Ya. Y ya que puedes hacer muchas cosas podrías….¿incluso  convertir a las personas viejas en jóvenes?. Dime, niñita, ¿eres capaz de hacer eso? Yo ya casi no puedo valerme por mi mismo…

Hada: (Se enciende la varita con un resplandor anaranjado) Me tengo que ir. Me necesitan. Por supuesto que puedo. Solo tiene que llamarme. Gracias por esta formidable comida. Tenía usted razón. Está muy bueno. (Señala con un dedo) ¿Esta por ahí la salida?

George: Si, exactamente, por ahí. Todo recto y a la izquierda. Encantado de conocerte y ven a verme cuando quieras.

Cuando el Hada se marcha George se queda pensativo hasta que se pone de pie y se dirige a la salida corriendo avisando a los vecinos.

George: ¡Señora Wallace, señor Johnson¡ ¡He comprobado que existe la magia¡ ¡Parecía mentira pero es verdad¡ ¡Alguien nos podrá curar de nuestras enfermedades futuras o hacernos más jóvenes¡!Señora Wallace, señor Johnson¡… [3]




“El Tesoro”
Personajes
Bueno: Lucio. El bueno inteligentemente, aconseja que hacer con el dinero.
Malo: Julián. El que esconde el dinero, se lo roba por placer.
Tonto: Félix. Encuentra el tesoro junto con su acompañante.
Perro: Berni. Es el compañero del tonto que funciona como su consejero, siempre le es fiel.
Gato: Puccini. Es malo y cizañoso, siempre mal aconseja a todos, y trata de que  el dinero sea para sus cómplices.
Acto I

Escena primera
(En la banqueta de avenida central frente a una universidad donde los estudiantes entran)
Hombre 1     ¡Nadie sería tan estúpido para buscar aquí!
Escena segunda
(Entra Félix y Berni)
Félix   ¡Que te parecen las noticias de ayer!
Berni Estaba loco ese morro, matar a alguien no es de Dios!
Félix   Mira ese auto con una maleta abierta con dinero
(Abre el auto, toma el dinero, mira hacia todos lados y levanta e maletín mostrando el dinero)
Berni Baja ese dinero, devuélvelo y vámonos
Félix   Llevémoslo a la casa con los demás y allá vemos que!
(Aceleran el paso como si los siguieran)
Acto II

Escena primera
(Entran Félix y Berni por la tarde a un café  donde se encuentran a Julián, Lucio y Puccini)
Lucio ¡Hola chicos! ¿Cómo les fue? ¿Ya estudiaron para el examen de mañana?
Félix   ¡Bah, eso que importa!
Puccini         ¡Para eso existen los acordeones!
Lucio ¿Qué hay de nuevo? ¡Te veo sospechoso!
(Félix arroja sobre una mesa el maletín, el dinero cae y todos se levantan de un salto)
Félix   ¡Miren lo que encontré!
Julián  ¡Somos ricos!
Lucio ¡Hay que dárselo a los pobres!
Félix   ¡Cómprenos cajas y cajas de panditas!
Puccini Miau
Berni No pues ¡Guau!

(Entran unos hombres y los rodean)

Tipo 1          Mira, mira, mira… ¡Pensaron que se quedarían con lo nuestro ratitas!
Tipo 2          ¡Quebrémoslos!
Félix   Oh lo siento, solo quería comprar panditas
Berni ¡Dales el dinero!
(Se escucha una sirena de policía, salen huyendo con el dinero)
Acto tercero

Escena primera
(Todos con cara de frustración alrededor de la mesa)

Félix   ¿Quién me compra unas panditas?
Lucio Pobre Félix, yo te las compro querido amigo
Félix   ¡Wow! Gracias, no puedo esperar a morder esas galletas con relleno cremosito y sumergirlas en leche
Puccini         ¿De qué hablas? ¡Esas galletas no se llaman panditas!
Berni Creo que Félix quiere OREO
(Todos rien)
FIN


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